domingo, 15 de julio de 2007

DESIERTO ATACAMA

Paraíso Seco

Siempre azul. Así es el cielo que cubre todos los días el pueblito de San Pedro de Atacama, en Chile, ubicado en el norte de aquel país, y en una zona geográfica adonde están las mayores montañas de los Andes. Su población es muy reducida, restricta principalmente a comerciantes, pastores y agricultores.
San Pedro es la puerta de entrada para que los turistas conozcan a una de las regiones más inhóspitas y zuréales del globo terrestre: el Desierto de Atacama. Por depender de la actividad turística y ser el punto de partida de variadas excursiones de la región, el pueblo ofrece variados servicios a sus visitantes. Desde hostales hasta restaurantes; Y de internet hasta agencias de turismo.
Aún que sea muy chico, San Pedro de Atacama lleva en su pasado una rica y amplia historia. Los primeros habitantes se instalaran en un oasis hace cerca de 11 mil años. Dejaran a la vida nómada, desenvolvieran a la agricultura y la irrigación artificial. Domesticaran a las llamas y alpacas, aprovechando su carne, lana, y también utilizándolas como medio de transporte.
Inventaran a la cerámica, los tejidos, trabajos en madera y metalurgía en cobre y bronce. Tenían religión y fueran uno de los pueblos más desarollados de America precolombina. Todo eso, además del hecho de ubicarse bajo el clima más árido del mundo, ha trasformado San Pedro de Atacama no solo en un lugar turístico, pero también en la capital de la arqueología chilena. Toda esta historia se puede aún sentirse cuando se visitan a los campos de cultivo y se observa la arquitectura de las casas de la región.
El pueblo se ubica en la Cordillera de los Andes, lejos unos 40 kilómetros del majestuoso y mítico volcán Licancabur, adonde se realizaban ceremoniales y eran echadas ofrendas Incas. En verdad, no hay mucho lo que hacer o que ver en San Pedro mismo, pero en sus alrededores si existen variadas atracciones y paisajes exóticos, raros en cualquier región del mundo.
Distante no más de 17 kilómetros está el Valle de la Luna. La región fue así nombrada justamente por la composición hecha de rocas y arenas que le dan un aspecto semejante al de la superficie lunar. El Valle de la Luna tiene una gran dimensión, pero desde el tope de una duna alta es posible ver a una gran parte de la región.

El Altiplano, ubicado a cuatro mil metros sobre el nivel del mar, y distante aproximadamente 90 kilómetros de San Pedro, nos reserva un paisaje distinto de aquel encontrado en el Desierto de Atacama. Se pueden encontrar los salares que son planicies o grandes lagos formados por sal cristalizada. En esta región también aparecen lagunas formadas por pequeños cursos de agua, que se presentan en variados colores, como el blanco, el azul, el verde y lo lilas. En muchas de ellas es fuerte la presencia de pájaros, principalmente los flamencos, que resisten a la gran salinidad del lugar.
Cerca de San Pedro también están las Termas de Puritama. Son piscinas naturales de agua clara y caliente. Aún con el frío que viene con la noche del desierto, el agua en las piscinas queda alrededor de los 30 Celsius. A pesar de que sean administradas por un hotel chileno, las termas son abiertas al público general.
Pero antes de bañarse en las aguas de Puritama, es recomendable asistir al espectáculo de los Géiseres de El Tatio. La actividad geológica de esta zona ha creado un fenómeno en el cual el vapor del agua es expelido desde el suelo hacia la superficie en forma de chorro. El fenómeno ocurre todos los días, cerca del nacer del sol. Cuando las aguas heladas de ríos subterráneos encuentran a las lavas volcánicas.
Todavía en la ruta de los paseos que se pueden tomar en San Pedro de Atacama, está un 'paseo' por el Valle de la Muerte. Ubicado a solamente tres kilómetros del pueblo, el valle es muy arenoso, y en el camino hacia allá uno pasa por la Cordillera de la Sal, donde se ven esculturas naturales formadas por la acción del viento y del tiempo, en las dunas y en las rocas. Allí no existe ninguna vida animal o vegetal.
Para quienes les gustan la arqueología, hay aún más algunas visitas obligatorias que hacer. Distante tres kilómetros del pueblo se ubica la Pukara (fortaleza) de Quitor: una fortaleza preincaica de la cual restan solamente las ruinas, cubriendo 2,5 hectáreas de montaña. Otro sitio arqueológico para visitar son las Ruinas de Tulor, una antigua población atacameña, desde hace tres mil años, que se hallaba sepultada bajo la arena, pero fue desenterrado por un proyecto de investigación arqueológica desarrollada en la región.
En el sitio arqueológico de Catarpe se encuentran variados grupos de piedras unidas por argamasa, formando paredes. Catarpe era el antiguo centro administrativo del Imperio Inca. En San Pedro también esta el museo arqueológico R. P. Gustavo de le Paige, adonde se puede conocer mejor a la cultura atacameña a través de las piezas de cerámica, vestimentas y hasta momias aún bien conservadas.

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